La realidad social, está
sujeta a una contradicción, entre el instante y el tiempo lento de transcurrir.
I. Historia y duraciones
Se habla de tres
diferentes relatos recitativos de historia.
Tradicional: basada
exclusivamente en el tiempo breve, en el corto aliento. Historia de los
acontecimientos. Tiempo del periodista.
Nueva historia:
Recitativo de la coyuntura. Habla de oscilaciones cíclicas, separaciones de
tiempo décadas, etc.
Larga duración: De
aliento sostenido, lo contrario a la historia de los acontecimientos.
Según el autor la
historia tradicional se basa en un relato del tiempo breve, este tipo de relato
centra su mirada en el individuo y en el acontecimiento, este es el campo
propio del cronista y del periodista y advierte que existe un tiempo corto en
todas las formas de nuestra vida, vale decir en lo económico, literario,
social, institucional, religioso, incluso geográfico, el tiempo corto es visto
como la más caprichosa y engañosa de las duraciones, por esta razón hay una
fuerte desconfianza hacia una historia tradicional, llamada también historia de
los acontecimientos. Al margen de este aparece un nuevo relato histórico.
Entre los historiadores
existe una desconfianza frente a la historia tradicional centrada en los
grandes acontecimientos de un siglo, un tipo de historia que se basa
simplemente en documentos.
A finales del siglo XIX,
se produce una ruptura con este tipo de recitativo, apareciendo un nuevo tipo
de relato histórico ( de ciclos e interciclos, o Nueva Historia), que abarca
más años en el análisis. Sin embargo, su objetivo, que era conducir la historia
a la larga duración, no se cumplió, y el relato histórico ha vuelto
acontecimiento, al instante.
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